Buscar

Asociaciones

El impuesto al plástico y al azúcar pone en riesgo la distribución automática

whatsapp-image-2019-11-27-at-10

 

El pasado 27 de noviembre tuvo lugar en la sede de Confcommercio – Imprese per l’Italia en Roma el encuentro ‘Estados Generales del Vending’, en el que Massimo Trapletti, presidente de Confida, y otros miembros de la Asociación Italiana de Vending, además de expertos en materia económica, debatieron acerca del impuesto establecido al plástico y al azúcar, poniendo de manifiesto una clara preocupación dentro del sector de la venta automática, tanto en Italia como a nivel europeo.

Los últimos desarrollos en esta materia mantienen en vilo a una industria integrada por 3.000 empresas con 33.000 trabajadores, que en Italia factura 4 mil millones de euros gracias a 12 mil millones de consumiciones anuales y 25 mil consumidores. Y es que Italia es el país líder en cuanto a vending se refiere, siendo el principal fabricante de máquinas expendedoras, con una red de 800 mil distribuidoras automáticas instaladas por todo el territorio. Las preocupaciones del sector en torno a estos dos impuestos, que a su vez protagonizan el debate económico en Italia, se pusieron sobre la mesa en una jornada que, organizada por Confida y Confcommercio, contó con la participación del presidente de Confcommercio, Carlo Sangalli; el economista Carlo Cottarelli; los parlamentarios Cosimo Ferri y Vannia Gava; la senadora Alessandra Gallone, la vicepresidenta de Confcommercio, Donatella Prampolini; el presidente de Venditalia, Ernesto Piloni; Massimo Trapletti, presidente de Confida, y Pio Lunel, presidente de gestores de la asociación italiana.

Nunca habíamos sido testigos en el debate político de semejante lucha por proponer los impuestos más imaginativos: el impuesto sobre las ‘meriendas’ (más tarde eliminado), el de las bebidas azucaradas y el impuesto de plástico. Estos son impuestos que penalizan a las empresas, poniendo en riesgo los empleos, y reducen el consumo de los hogares; impuestos hipócritas, ya que, enmascarados detrás de objetivos ambientales o de una nutrición saludable, en realidad su único propósito es el de recaudar dinero y recuperar así recursos financieros”, explicó Trapletti.

Asimismo, el presidente de Confida añadió que estaba particularmente preocupado por el efecto combinado de los dos impuestos, ya que ambos tendrían una fuerte consecuencia para el vending y, en general, para toda la distribución de alimentos. De este modo, si no se aplican las medidas correctivas pertinentes los efectos se verán pronto reflejados en las cifras de empleo y el PIB.

Para hacer crecer Italia primero se deben incrementar las inversiones privadas. Hay tres elementos que ponen freno a ello: los impuestos italianos son demasiados altos, pero para reducir los impuestos primero se debe reducir el gasto público; se debe reducir también la burocracia, pues las empresas italianas gastan 35 mil millones de euros en burocracia; y, por último, es necesario reformar la justicia, que es demasiado lenta. En Italia, un juicio civil dura un promedio de 8 años, mientras que en Alemania 2”, anotó el economista Carlo Cottarelli.

Impuesto sobre el plástico

El impuesto sobre el plástico establece el pago de un euro por cada kilo de plástico utilizado para producir o importar artículos de un solo uso, los cuales tienen como función contener, proteger, manipular o entregar productos alimentarios.

Es un impuesto desproporcionado, ya que por kilogramo se aporta al CAC (Tributo Ambiental Conai) una media de 1,2 euros. Añadir a esto otro euro a pagar por el impuesto al plástico comportará un aumento significativo del coste mayorista y minorista de los productos alimenticios más comunes. Desde Confida, creemos que se debe reducir el importe de la tasa: el primer ministro Conte se ha manifestado a favor de esta reducción y esperamos que al menos se pueda reducir a la mitad. Además, se debe excluir de dicho impuesto el plástico reciclado, para promover así la economía circular defendida por la Unión  Europea. La insistencia de nuestro gobierno en el uso de productos compostables, los únicos que no deben tributar el impuesto, no es factible, ya que la cantidad de bioplástico existente en el mundo es insuficiente para reemplazar los productos de plástico desechables”, matiza Trapletti.

La solución propuesta por Confida, junto con Corepla y Unionplast, se centra en la economía circular con el proyecto RiVending, un circuito cerrado de recolección y reciclaje de plástico dentro del vending que permite la fabricación de nuevos productos.

El impuesto al azúcar también para las bebidas’ cero’

El denominado impuesto sobre el azúcar establece un tributo de 10 euros por hectolitro aplicable también a las bebidas envasadas con edulcorantes añadidos. “El impuesto al azúcar no distingue entre bebidas azucaradas y bebidas ‘cero’: aunque el objetivo del impuesto es, en un principio, combatir la obesidad y enfermedades como la diabetes, la tasa se aplica tanto a las bebidas con azúcares añadidos como a aquellas consideradas ‘cero’. Este enfoque mortifica los esfuerzos realizados en los últimos años por el Ministerio de Salud, que junto con las asociaciones de productores y distribuidores de alimentos (incluida Confida) firmaron un compromiso en 2015 para reducir los azúcares de los productos alimenticios, el cual que llevó al vending a modificar su oferta  de tal modo que en el último año el consumo de bebidas ‘cero’ ha crecido un 53%.  Un impuesto que se aplique también a este tipo de bebidas lo único que provocará es una caída del consumo en un 10%, concluye el presidente de Confida.

Compartir en :
Tags:

También podría interesarte